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Niños y piscinas: qué tener en cuenta

octubre 29, 2021

Parece imposible, pero con tan sólo meses de vida tu guagua puede aprender a auto rescatarse en caso de caer al agua. Una herramienta de supervivencia muy importante si consideramos que está comenzando el verano y que las piscinas son el panorama preferido por los pequeños.

Durante esta época del año, solemos disfrutar de almuerzos en la terraza y tardes completas al sol, pero para todo padre, el tener agua cerca es motivo de temor o angustia, especialmente si nuestro hijo no sabe nadar. Sin embargo, esta realidad tiene solución y se llama Infant Swimming Resource (ISR).

Esta metodología si bien fue creada en Estados Unidos, en Chile existe una mamá, quien conmovida por la historia de Ema Velasco, hija del ex Ministro de Hacienda y la periodista Consuelo Saavedra, quien durante el verano de 2009 cayó a la piscina de la casa en la que vacacionaban, decidió certificarse y educar a los niños y padres chilenos en el auto rescate acuático. Su nombre: Lorena Sandoval.

Pero, ¿en qué consiste ISR? En términos simples, se trata de un entrenamiento al que pueden asistir menores desde los 6 meses hasta los 6 años y que consiste en entrenar a bebés y niños para reaccionar de manera automática en una situación extrema como lo es caerse por accidente a una piscina.

“Dependiendo la edad del niño es la habilidad que se le enseña. Si el menor tiene entre 6 meses y 1 año, aprende a girarse para quedar flotando de espalda por un largo periodo hasta que llegue un adulto y los rescate”, asegura Lorena.

Si es mayor de 12 meses, además de enseñarles a voltearse, se les enseña una frecuencia denominada: nadar, flotar, nadar, la que consiste en avanzar bajo el agua con los ojos abiertos en busca de un lugar seguro como la orilla o escalera. Transcurridos 4 segundos sumergidos, se giran para quedar flotando de espalda, respiran, toman aire, y luego continúan nadando y según la distancia del objetivo pueden volver a repetirlo todas las veces que sean necesarias.

¿Cuándo hacer el curso?

La experta en el tema asegura que no existe una edad ideal para realizar el curso, pero que siempre mientras antes, mejor, ya que el niño podrá adquirir a temprana edad los conocimientos necesarios para auto rescatarse en caso de caer a una piscina.

“Si uno tiene piscina en casa o si frecuentan lugares que las tenga, cuando antes el niño aprenda este método, mejor. Se puede pensar que una guagua de 6 meses está muy lejos de llegar a caer al agua, pero lamentablemente existen casos de bebés de esta edad que gateando han caído al agua”, asegura Lorena.

La instructora insiste en que nada reemplaza la supervisión de un adulto cuando hay agua cerca, pero además de estar atentos, hay otra barrera de protección que es fundamental considerar para evitar que los niños sufran un accidente por inmersión: contar con una buena reja perimetral.

“En nuestro país hay una escasa cultura preventiva y la mayoría de las personas que tienen piscina no cuentan con una reja que impida el libre acceso a los niños. Además, no basta con cercar el área, también hay ciertas normas que hay que respetar como la altura, la que debe estar entre 1,50 y 1,80 mts. y la posición de las barras, que deben ser exclusivamente vertical, ya que una horizontal puede servir de apoyo para que el niño escale y caiga al agua”, agrega Lorena Sandoval.

El aprendizaje

Dependiendo de la edad y objetivo a aprender es el tiempo que demoran en adquirir los conocimientos de auto rescate. Las clases de ISR son individuales y en ella está presente la instructora y el niño. Éstas duran 10 minutos y se realizan todos los días, de lunes a viernes, durante 10 minutos, en diversas piscinas temperadas que ISR Chile arrienda para el desarrollo de la enseñanza.

“Para los niños de entre 6 meses y 1 año que está aprendiendo a girarse, el proceso de aprendizaje demora entre 4 y 6 semanas. El tiempo es relativo ya que el curso concluye una vez que el niño ha adquirido las habilidades mencionadas necesarias. En los mayores de 1 año, las clases demoran entre 6 y 8 semanas”, afirma Lorena.

De acuerdo a información entregada por Infant Swim Chile, la retención del método en los niños es de 94 a 100% y para niñas entre 96 a 100 %, evaluado después de un año de la última sesión.

Una vez adquirida la capacidad de auto rescate, se recomienda un reforzamiento posterior, no porque se le olvide lo aprendido, ya que este tipo de aprendizaje equivale a aprender a andar en bicicleta o manejar un auto mecánico, es del tipo propioceptivo, es decir, utiliza todos los sentidos y músculos, sino que por el cambio que experimenta el cuerpo de un menor en el transcurso del tiempo.

“El cuerpo de los niños menores de 3 años cambia mucho en proporciones y a nivel de desarrollo motriz, entonces si una guagua hace el curso teniendo 9 meses, transcurridos sólo  en 4 meses será otro niño, que camina, que estará mucho más largo y otra distribución corporal. Se estilizan y si lo llevamos al agua ese niño va a tratar de hacer los ejercicios pero pueden tener dificultad en acomodar este nuevo cuerpo a lo que ellos ya saben hacer”, explica la experta.

Agrega, “yo lo comparo con aprender a andar en bicicleta. Aunque pasen 10 o 20 años, cuando te subes nuevamente sabes como hacerlo pero probablemente los primeros minutos serán más inseguros y con desequilibrios. Esto mismo le pasa a los pequeños que crecen y por ende necesitan reforzamiento”.

Seguridad ante todo

Los protocolos de seguridad que mantiene ISR incluye la obligatoriedad de parte de los padres de completar un formulario que contiene el historial médico y de desarrollo del hijo. Toda esta información es absolutamente confidencial. Adicional a esto, el niño es monitoreado todas las clases mediante su hoja BUDS (Bowels – Urine – Diet – Sleep), ficha que contiene información de las actividades diarias del menor.

Papás ISR

Todo niño puede aprender auto rescate acuático, pero no todos los padres están capacitados para ser papás ISR es lo que asegura la instructora certificada, Lorena Sandoval ya que hay muchos padres que desconfían del método y al hacerlo, le traspasan esa inseguridad al niño quien termina por no disfrutar la enseñanza y hacerla más lenta.

“Un papá ISR es aquel que confía plenamente en el trabajo de la instructora y que tiene plena confianza en que su hijo puede lograr y aprender lo que se le está enseñando. Por eso yo he establecido como norma que los padres asistan a observar clases de otros niños antes de tomar el curso con sus propios hijos. De esa forma, toman una decisión informada y a conciencia y saben de qué se trata. Si les da miedo, es mejor no tomar las clases porque esa ansiedad se transmite a los niños y ellos lo pasen pésimo”, declara Lorena.

Nada reemplaza la supervisión de un adulto, pero cuando todas las demás defensas de protección fallan, Infant Swimming Resource es la última herramienta de supervivencia que podemos darle a nuestros hijos y actualmente en Chile ya son más de 300 los niños que han aprendido el método.