La hipertensión es peligrosa en cualquier embarazo, pero si a eso se le agregan complicaciones como una excesiva y rápida alza de peso, dificultades en la visión, dolores de cabeza y edemas generalizados, la futura madre tiene que estar muy atenta a los síntomas que podrían revelar una preeclampsia, complicación grave que puede ser mortal para ella y su guagua.
Cualquier embarazada que sube más de un kilo por semana y tiene una hipertensión importante, que presenta extrema hinchazón de manos y de la cara, experimenta fuertes dolores de cabeza, náuseas y vómitos, zumbido de oídos, visión borrosa o con destellos luminosos y dolor intenso en la boca del estómago, tiene razones de sobra para preocuparse.
Seguramente su médico ya ha dado señales de alerta y tomado las precauciones de rigor para prevenir o reaccionar a tiempo ante un posible cuadro de preeclampsia, una afección que suele manifestarse después de la vigésima semana de gestación y que es consecuencia de fuertes alzas en la presión arterial.
Según el grado de alteraciones que pueda producir a nivel sistémico, la preeclampsia se divide en moderada y severa. Si esta se complica, puede derivar en eclampsia, la enfermedad hipertensiva más grave del embarazo que provoca una complicación multisistémica en la cual la mujer sufre de molestias o dolores musculares, un estado de agitación intensa, convulsiones y hasta puede perder momentáneamente la conciencia o incluso caer en un estado de coma con consecuencias mortales para la madre, como un paro cardio respiratorio y una hemorragia intracraneana, o para el feto, debido a un desprendimiento prematuro de placenta.
“La elevación de la presión arterial asociada al daño endotelial propio de esta enfermedad, causaría una encefalopatía hipertensiva, que sería la causante de la fase convulsiva característica de esta enfermedad”, manifiesta el Lionel Rosales, gineco-obstetra de Integramédica. Agrega que mientras más precozmente aparezca la preeclampsia, con un alza de la presión arterial por sobre 140/90 y pérdidas de proteínas en la orina, mayor es el riesgo de que se declare eclampsia y sus complicaciones.
Si bien aclara que no hay que confiarse puramente en los síntomas, “ya que, según la literatura, en un 20% de los casos la afectada debuta directamente con una eclampsia”, lo más común es que los signos de la preeclampsia sean claros y se pueda detectar el riesgo a tiempo, mediante un control adecuado de la presión arterial, exámenes de sangre, de orina y otros, para pesquisar alteraciones hematológicas, hepáticas y neurológicas.
Primero el bebé
La alternativa más recurrida ante un cuadro de preeclampsia, generalmente, es hacer nacer al niño para evitar riesgos. Si el embarazo es aún muy incipiente y la patología se encuentra muy avanzada, o con riesgo de agravarse, se recomienda reposo en cama y un control exhaustivo de la presión arterial, la orina y el peso para intentar alargarlo hasta la semana 32 o 34, y si es posible hasta la 36 o 37, a fin de reducir las complicaciones de un parto prematuro. En este lapso es posible administrarle medicamentos a la madre para disminuir la presión arterial y los estados convulsivos, si es que ya se han producido, pero si no surten el efecto deseado, no hay más salida que sacar a la guagua.
“El manejo de la enfermedad depende del deterioro que sus repercusiones multisistémicas generen en la madre y en el feto, y de las semanas de gestación”, explica el doctor Rosales. “En los casos de deterioro de ambos, se aconseja la finalización del embarazo por la vía más óptima, privilegiando la vaginal. En lo posible, se intenta lograr un peso fetal mayor a 2.000 grs. y una edad gestacional de más de 32 semanas”, acota.
En embarazos de menos de 24 semanas con un cuadro de preeclampsia muy severo también se sugiere inducir el parto, y a la embarazada se la trata con inyecciones de esteroides para acelerar la maduración de algunos órganos del niño, como los pulmones, aunque la probabilidad de supervivencia del feto es muy pequeña.
El instante del parto también es delicado, ya que las mujeres con eclampsia o preeclampsia están expuestas a uno prematuro, que puede conllevar complicaciones con la guagua y problemas de coagulación de la sangre.
Complicaciones post parto
No está claro por qué se produce la preeclampsia, pero las culpas generalmente se achacan a problemas vasculares y neurológicos, a una mala dieta y a predisposición genética.
Otros factores de riesgo son ser adolescente menor de 16 años o tener más de 35, estar embarazada por primera vez, ser de raza negra, sufrir de diabetes sin adecuado control metabólico, padecer hipertensión arterial preexistente, tener daño renal crónico, enfrentar un embarazo múltiple o haber tenido preeclampsia en un embarazo anterior, ya que este cuadro tiene una recurrencia cercana al 65%.
Los signos y síntomas de preeclampsia por lo general desaparecen por completo a las seis semanas después del parto, aunque existen casos en que se manifiestan en el post parto, donde la hipertensión arterial empeora en las primeras horas o días del puerperio, y si no se controlan, pueden desencadenar una eclampsia. “En estos casos, esta no está necesariamente asociada a una preeclampsia previa durante el embarazo”, explica el doctor Rosales.
Dos días
Alejandra Marchant (39 años) sabe de primera mano lo complicada y peligrosa que es la preeclampsia. La padeció hace 9 años durante el embarazo de sus mellizos Franco y Rafaella. Estaba en la semana 26 de su embarazo cuando comenzó a sufrir de edemas generalizados y excesiva hinchazón en manos y pies.
Fue todo tan rápido que casi no alcanzó a darse cuenta de lo que le pasaba. “El médico diagnosticó la preeclampsia luego de hacerme un examen que medía la cantidad de proteínas en la orina. Me dieron licencia previa al prenatal pero no alcancé a estar dos días en casa y los niños nacieron por cesárea”, cuenta.
Franco midió 33 cm. y pesó 855 grs. y estuvo 3 meses en incubadora; Rafaella pesó 799 grs. y estuvo internada por 6 meses. “Hoy en día están en perfectas condiciones, y cuando los ven, nadie se imagina lo prematuros que fueron”, comenta.
Para tener en cuenta
– La muerte asociada al síndrome hipertensivo del embarazo es la principal causa de muerte materna en América Latina y el Caribe, con una frecuencia promedio de 25,7%.
– El 10% de las mujeres embarazadas tiende a presentar hipertensión arterial, y la preeclampsia complica entre el 2 y el 8% de las gestaciones.
– La muerte por eclampsia en Europa es de entre dos y tres casos por 10.000 partos, mientras que en países en desarrollo se estima una incidencia de 16 a 69 casos por 10.000 partos.
– En Chile, en el período 1990-2000, la hipertensión arterial fue la primera causa de mortalidad materna, con 181 fallecimientos.