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Educándolos sobre el medio ambiente

octubre 6, 2021

Los hábitos y valores que se aprenden de pequeños nos acompañan para toda la vida. Es por esta razón que es necesario enseñarles a cuidar y ser respetuosos con el mundo que los rodea.

Los grandes sabemos muy bien que los niños aprenden por imitación y, a medida que van creciendo, toman como referencia a los adultos de su entorno cercano: padres, abuelos y profesores, entre otros. Por eso es muy importante que prediquemos con el ejemplo: si nos ven tirar basura en la calle o desperdiciar agua, adoptarán esas actitudes por considerar que son correctas.

Asimismo, es esencial explicarles con fundamentos, puesto que si les decimos que deben cuidar el medio ambiente solo porque sí, no entenderán la necesidad de hacerlo y lo verán nada más que como una imposición. Si en cambio les comentamos que los bienes naturales no son infinitos, entenderán por qué es importante cerrar la llave mientras se lavan los dientes, por ejemplo.

Hábitos ecológicos

La conciencia ambiental no solo es cosa de adultos, por el contrario, cada día es más importante desarrollar en los niños el respeto por la naturaleza. Incúlcales desde chicos a tus hijos ciertas actitudes cotidianas que contribuirán con un granito de arena para cuidar el medio ambiente. Aquí te dejamos algunos consejos que pueden ayudarte.

1. Los niños no solo aprenden con palabras y órdenes, sino también con acciones, por lo que es fundamental enseñarles a tomar parte activa del cuidado del medio ambiente a través de la práctica.

2. Tú debes ser el ejemplo. Por ejemplo, cuando los estés bañando cierra la llave cada vez que no uses el agua y explícales por qué lo haces y cuál es la importancia de cuidar este recurso; haz lo mismo cuando se cepillen los dientes o laven las manos. Esto será mucho más efectivo que si le das una orden.

3. Haz lo mismo con la luz. Si aún no tienes ampolletas de bajo consumo en tu casa, cámbienlas juntos. Explícales la relevancia de no dejar las luces y aparatos eléctricos encendidos si no los están usando.

4. Intenten transportarse menos en auto si las distancias son cortas; opten por ir a pie o en bicicleta.

5. Reciclen y deja que los niños participen activamente separando los desechos y llevándolos a sus respectivos contenedores. Si esto se transforma en algo normal en su casa, para ellos simplemente será lo que deben hacer y repetirán siempre la acción.

6. Reutilicen al máximo todo lo que sea posible.

7. Cuando salgan a jugar, enséñales a respetar el entorno y la naturaleza a través de hábitos simples: no botar basura en la calle, no maltratar a los animales ni a las plantas, tratar con amabilidad lo que les rodea.

8. Lleven sus propias bolsas de tela cuando vayan al supermercado. Cuéntales que una plástica demora más de 150 años en degradarse, y explícales las consecuencias que estas tienen para el medio ambiente, los hábitats y los seres vivos de todo el planeta.

Manualidades con el reciclaje

Una forma de estimular la creatividad de los niños es ayudarlos a hacer juguetes con diferentes productos que se reciclan, como cartón y envases. Así, además de crear algo entretenido con lo que podrán jugar, tendrás una oportunidad para explicarles la incidencia del reciclaje y pasar tiempo de calidad con ellos.

Antes de empezar, debes tener claro qué materiales se desechan diariamente y cómo los podrías utilizar para hacer diversas manualidades. Esto es muy importante, ya que así los puedes ir juntando durante la semana. Algunas de las cosas que pueden realizar son:

– Semilleros con cáscaras de huevo

– Entretenidos disfraces con cajas de cartón

– Macetero con botellas de plástico

– Lapiceros con palitos de helado

– Floreros con botellas

Huerto Casero

Esta es una entretenida actividad que pueden hacer los padres con sus hijos. Aquí ellos podrán aprender a diferenciar las distintas especies sembradas y saber en qué periodo las pueden cosechar. Para empezar, necesitarán:

Un cajón de madera (las de frutas) o de mimbre

Plástico para forrar

Una pequeña pala

Un rastrillo

Una regadera

Tierra

Semillas de hortalizas o de plantas aromáticas como el tomillo, albahaca y orégano

Pasos a seguir:

1. Lo primero es ponerse unos guantes adecuados para el trabajo, y determinar el lugar donde se situará el huerto. Te recomendamos que sea un espacio donde llegue mucha luz solar durante algunas horas.

2. Luego, limpien bien el cajón y, de ser necesario, lijen un poco los bordes. También pueden barnizarlo o pintarlo del color que quieran.

3. Forren el interior con el plástico (el que se usa en las obras para proteger el suelo) y pónganles corchetes al fondo para que quede bien fijo. Háganle unos pequeños agujeros en la parte de abajo para asegurarse que el agua que sobra del riego no se acumule en las raíces y pudra la planta.

4. Rellenen el cajón con una capa gruesa de tierra.

5. Con la ayuda del rastrillo, hagan pequeños surcos en la tierra para introducir las semillas elegidas. Recuerden respetar el calendario de siembra de cada plantita. Luego, tapen ligeramente las semillas y rieguen.

6. Este huerto requerirá mayor riego y abono que si estuviera en tierra abierta. Y, ¡a esperar que empiecen a brotar las hortalizas!

Reciclaje para niños

1. Ten varios tarros de basura. Empieza la separación de los residuos en tu casa, teniendo diversos recipientes diferenciados por color o alguna marca.

2. Deja que ellos marquen los contenedores de casa. Por ejemplo, que cada tarro tenga un dibujo del tipo de residuo que va adentro, y que sean tus hijos quienes dibujen, recorten y los peguen.

3. Diles qué va en cada recipiente. Explícale los usos de los diferentes contenedores según su color: café para materia orgánica, amarillo para plásticos y envases, verde para vidrio y azul para papel y cartón, entre otros.

4. Explícales el porqué. Enséñales que reciclar no es un capricho, sino que es necesario para cuidar nuestro planeta, no ensuciar nuestro entorno y dejar a nuestros hijos y nietos un medio ambiente cuidado.

5. Cuéntales las consecuencias de la contaminación. Una sola pila contamina miles de litros de agua, el plástico tarda décadas y hasta siglos en biodegradarse, hay islas de basura flotantes en el océano que perjudican a animales y plantas, los gases de efecto invernadero dañan la capa de ozono, la basura acumulada puede provocar incendios en los bosques, etc.