Saltar al contenido

Los beneficios de disfrazarse para los niños

febrero 21, 2024

Este 31 de octubre, nuevamente, los niños se tomarán la noche de Halloween y podrán disfrazarse de brujas, duendes, hadas, vampiros y dragones, entre otros personajes que ellos quieran. Lo importante es que les guste y se sientan cómodos.

Además de recibir dulces, esta fiesta permite a los pequeños echar a volar su imaginación, al momento de elegir, preparar y mostrar sus disfraces. “Esta actividad es positiva para ellos pues ensayan formas de relacionarse y crean una realidad ficticia que contribuye a su creatividad y desarrollo”, explica Sonia Castro, psicóloga de Clínica Alemana.

Ya sea para esta celebración, para un cumpleaños o, simplemente, para un juego casero, jugar a interpretar roles es beneficioso para los niños. “Al representar el papel de otra persona, los niños tienen oportunidad de ver el mundo desde una perspectiva distinta. Esto contribuye a que desarrollen la capacidad de tener flexibilidad de pensamiento, aspecto que es crítico en el ámbito de crear alternativas para la solución de problemas en distintas las áreas del conocimiento”, comenta la psicóloga.

Además, contribuye al trabajo en equipo, la reciprocidad y la responsabilidad, al asignar los roles y decidir qué papeles representar.

¿Qué hacer si un niño no quiere disfrazarse para Halloween?

Más allá de que el disfraz esté listo para ser usado, si el niño no desea hacerlo hay que respetar su decisión. Hay que considerar que “existen niños más extrovertidos que otros y les es más fácil disfrazarse sin temor al ridículo, pero eso no es trascendental para el desarrollo de su vida”, añade la psicóloga.

¿Cómo elegir el disfraz correcto?

Además de la tela y los materiales que se utilicen para crear el traje, la especialista sugiere:

  • Optar por un disfraz que les guste a los niños y que no los asuste. Ellos, generalmente, los eligen sobre la base de sus propias motivaciones, películas del momento o publicidad.
  • Fomentar la elección del niño, cuidando que su decisión no atente contra su seguridad psíquica o física.

Las causas de esta negativa pueden ser variadas:

  • Temor a ver a gente “rara”. Frente a esta excusa, los padres deben tranquilizar al niño, explicándole que esas personas extrañas solo están jugando y que, al otro día, todo volverá a la normalidad.
  • Angustia porque sus amigos parecen otros. En este caso, el consejo es explicarle la situación al hijo y esperar hasta que logre reconocer a sus pares. Si esto ocurre, una alternativa es acompañar al niño vestido de calle y, una vez que se ambiente y vea a todos sus amigos disfrazados, proponerle usar un traje, un gorro o un antifaz.

Disfrazarse puede ser una actividad increíblemente beneficiosa para los niños en muchos aspectos. Aquí hay algunos beneficios importantes:

  1. Desarrollo de la imaginación: Cuando los niños se disfrazan, pueden inventar y explorar diferentes roles y escenarios, lo que estimula su creatividad y habilidades imaginativas.
  2. Fomenta el juego simbólico: El juego de roles que implica el disfrazarse les permite a los niños practicar habilidades sociales, resolver problemas y entender el mundo que los rodea a través de la simulación de situaciones cotidianas o imaginarias.
  3. Desarrollo del lenguaje: Al interactuar con otros niños mientras están disfrazados, los niños tienen la oportunidad de practicar el lenguaje, expresar ideas y desarrollar habilidades de comunicación verbal y no verbal.
  4. Promueve la empatía: Al asumir roles diferentes, los niños pueden experimentar cómo se sienten otras personas y desarrollar empatía al ponerse en el lugar de los demás.
  5. Estimula la confianza y la autoexpresión: Al experimentar con diferentes identidades y personalidades a través del disfraz, los niños pueden sentirse más seguros al expresarse y mostrarse tal como son.
  6. Fomenta la resolución de problemas: Al jugar roles y escenarios diferentes, los niños enfrentan situaciones nuevas que requieren pensar de manera creativa para resolver problemas y alcanzar sus objetivos dentro del juego.
  7. Fortalece el vínculo familiar: Disfrazarse puede ser una actividad divertida para toda la familia, fomentando el tiempo de calidad juntos y creando recuerdos duraderos.
  8. Desarrollo de habilidades motoras: Dependiendo del disfraz, los niños pueden participar en actividades físicas que ayudan a desarrollar habilidades motoras gruesas y finas, como correr, saltar, trepar o manipular objetos.
  9. Aprendizaje cultural y social: Al disfrazarse de personajes históricos, culturales o de diferentes partes del mundo, los niños pueden aprender sobre diversas culturas, tradiciones y eventos históricos de una manera divertida y práctica.

En resumen, disfrazarse no solo es una forma de diversión para los niños, sino que también ofrece una amplia gama de beneficios para su desarrollo cognitivo, social, emocional y físico.