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Green Kids: Niños con conciencia ecológica

octubre 14, 2021

Imagina la siguiente situación: en tu casa habilitar basureros para separar los residuos, en el jardín un sistema de reciclaje que permita a los niños comenzar su educación preescolar con este ejemplo, y colegios en los que se fomente y premie la reutilización de la basura. ¿Te imaginas cuál sería el resultado? ¡Empecemos ahora!

Como padres, cada día somos más conscientes de la importancia del cuidado de nuestro medio ambiente. La situación es grave tanto a nivel nacional como mundial y tenemos claro que no existe otro mundo al cual poder migrar en caso de que éste colapse. Entonces, la solución está en nuestras manos…y en la de nuestros hijos.

Los hábitos son aprendidos a través de la observación y repetición. Los niños son los principales factores de cambio con los que cuenta el ecosistema en la actualidad, pero la responsabilidad recae sobre los hombros de los papás, por lo que entre antes se comience a educar con respecto al respeto por la naturaleza, ¡tanto mejor!

Ideas para empezar

Amor por la naturaleza

Hay que lograr que los hijos entiendan el valor que tiene la naturaleza y para ello deben conocerla. Una excelente idea, que además se transforma en un panorama familiar muy entretenido, es realizar paseos a parques y plazas o en general al aire libre. No hay menor que no goce con una tarde de picnic en la que se puede aprovechar de investigar sobre los tipos de árboles y animales de la zona.

Naturaleza indoor

Si el clima no permite efectuar actividades al aire libre, en la televisión se emiten programas que hablan tanto de la flora como de la fauna y que pueden ser realmente educativos. Esta actividad está pensada para niños un poco mayores, pues requiere de concentración, y no hay que dejarle toda la tarea a la TV, hay que complementar el panorama con conversaciones referentes al tema, salidas a terreno posteriores e incluso quiz test que tengan algún premio como recompensa.

Crear un huerto

¡Anímate! Es muy simple y a tus hijos les encantará. Qué más fácil que plantar semillas. Los factores a considerar son: temporalidad, pues deberás informarte qué productos se dan en el momento de la siembra; lugar del huerto, debido a que si es en una logia, deberás optar por aquellas variedades que no requieran de mucho sol, mientras que si puedes hacer el huerto en el patio de tu casa, podrás acceder a una mayor variedad de alimentos y a aquellos que requieren más profundidad como zapallos o papas; información previa, ya que si bien es una actividad que no requiere de mucho conocimiento técnico, es importante conocer aspectos básicos de cómo plantar y cuándo cosechar para que el huerto casero sea un éxito.

Internet

No todo uso de la web es negativo para los niños. Mientras sea guiado por los padres esta herramienta tecnológica puede ser de gran utilidad al momento de enseñar, pues cuenta con atributos gráficos que son muy atractivos para los menores. Cumple con la premisa de una enseñanza exitosa que es combinarla con el juego y la entretención. Además, muchas de ellas incluyen actividades para diferentes edades. Algunas que te pueden servir como referencia son www.ecoeduca.cl y www.somosamigosdelatierra.org

Utilizar una mejor tierra

Usando residuos orgánicos como cáscaras de vegetales o frutas en trozos pequeños, se puede preparar una tierra que es mucho más nutritiva. Para ello, utilizando una compostera que se puede adquirir en tiendas para casas, se va alternando una capa de desechos con una de tierra, la que se mantiene húmeda y se va volteando cada 2 semanas. La descomposición demora cerca de 3 meses, pero el resultado sin duda que ayudará a que en tu huerta crezcan mejor los alimentos. Además, estarás enseñándoles a tus hijos a darle uso a todo ese material que por lo general desechamos en la basura.

Ahorro de recursos

Luz y agua son recursos cada vez más escasos, por lo que nuestros hijos no pueden estar ajenos a esta realidad. Se les debe educar en maneras de ahorro como apagar aquellas luces que no se estén usando, fomentar duchas cortas y acompañar estas acciones con discursos constantes, ya que la repetición en la creación de hábitos es fundamental. Evitar recurrir a argumentos que tengan que ver con los costos asociados a estos servicios, pues ahí el mensaje que se está transmitiendo es otro.