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Estimulación a través de la música

octubre 14, 2021

El primer sentido que desarrolla el ser humano es la audición. A lo largo del tiempo se han realizado distintas investigaciones que demuestran que la temprana estimulación de este, favorece el desarrollo psicomotor del niño, la proporción del equilibrio y reduce considerablemente su nivel de estrés.

La vibración que genera la música provoca distintos efectos cognitivos en los niños, ya que favorece el desarrollo cerebral, estimula su capacidad de aprendizaje y madurez emocional.

El instinto de atracción hacia la música es intrínseco y puede resultar muy divertido enseñarle distintas melodías a los hijos. Mientras se les canta o se les pone música, se puede aplaudir para motivarlos a caminar o bailar.

Los menores logran conectar las actividades o rutinas diarias, con las diferentes melodías y letras. Esto les ayuda a desarrollar sus habilidades comunicacionales y a asociar los sonidos con palabras o ritos. Por ejemplo, para comenzar el día, se pueden utilizar ritmos más dinámicos y a la hora de dormir, entonaciones más pausadas.

Durante las diferentes etapas de crecimiento de los infantes, ellos preferirán distintos tipos de música. Cuando son más pequeños, optan por melodías suaves y fluidas, ya que los relaja y, en muchos casos, les ayuda a la hora de dormir. Cuando son más grandes, son más aventureros y les atraerán las canciones con altibajos y mayor ritmo, con las cuales tenderán a mover su cuerpo, realizando sus primeros pasos de baile.

Los instrumentos musicales fomentan la sensibilización motriz, visual y auditiva. Su función aumenta si son coloridos o llamativos y, a la vez, potencian las capacidades motrices y las habilidades artísticas y creativas.

La música es utilizada en los jardines infantiles para enseñarles a los niños sobre el mundo que los rodea, potenciar sus habilidades sociales y estimular, en general, todos sus sentidos. Los padres pueden ser libres de crear junto a los más chicos sus propias canciones. Esto genera un vínculo de cercanía con el menor y, a la vez, lo impulsa a mejorar la articulación de las palabras.